El disco menstrual es hipoalergénico.

Al no ser absorbente no altera el pH vaginal (reduciendo significativamente el riesgo de padecer el Síndrome de Shock Tóxico), no desprende fibras ni emana sustancia alguna en tu interior.

Una mujer puede llegar a utilizar alrededor de 13,000 toallas higiénicas o tampones durante su vida menstrual. Esta cantidad inmensa de residuos no degradables muchas veces terminan en ríos, lagos y mares o empobreciendo el suelo que los recibe. El disco menstrual simboliza no sólo un menor volumen de desechos, también es totalmente seguro de desechar ya que no emana ningún elemento nocivo para el ambiente.

El disco menstrual es un único gasto durante aproximadamente 10 años, siendo un ahorro significativo en el presupuesto mensual. Recuperamos la inversión en menos de un año.

El disco menstrual está diseñado para adaptarse a tu cuerpo y una no lo siente cuando lo tiene puesto, también puede ser utilizado durante las relaciones sexuales con penetración sin problemas.

Su superficie es suave y no reseca. Al estar dentro nuestro, no genera irritaciones ni malos olores.

A diferencia de la copa menstrual, para su funcionamiento no necesitamos generar el efecto vacío, por lo que es muy conveniente para personas con sensibilidad alta o que utilicen algún tipo de DIU (dispositivo intrauterino).

El disco menstrual tiene una capacidad superior al promedio de copas menstruales, por lo que es una buena opción para sangrados abundantes o para ampliar el plazo de cambio.