La virginidad femenina ha simbolizado durante cientos de años un sinónimo de castidad, devoción y pureza. Muchas religiones alrededor del mundo siguen manifestando hasta el día de hoy la importancia de que las mujeres mantengamos esta cualidad hasta el matrimonio, Durante cientos de años la virginidad no sólo se ha sugerido, se ha exigido y muchísimas mujeres han sido juzgadas y maltratadas por no presentar un “himen intacto”, al ser considerado el medio probatorio de virginidad.
La pregunta es: ¿Se puede validar así si una mujer es virgen? La respuesta es NO.
La virginidad realmente no tiene un respaldo médico, científico, ni es demostrable. Una mujer puede considerarse virgen o no, puede preferir decir que inició su vida sexual o no (si no le gusta el término virginidad), ambas opciones son válidas y no nos definen. El himen es tan diverso como lo somos los seres con útero y su apariencia no tiene relación alguna con el inicio de la actividad sexual como veremos a continuación.
1. H I M E N
Seguramente has crecido como yo pensando que la primera vez que tendrías relaciones sexuales con penetración ibas a experimentar dolor y sangrado, porque esta membrana que cubre el canal vaginal llamada himen iba a romperse. Y si, muchas han vivido esta primera experiencia sexual así, pero no siempre sucede de este modo, ¿lo sabías?
El himen es una membrana flexible que cubre nuestra vagina y la protege de infecciones en los primeros años de vida. Conforme vamos creciendo, nuestro cuerpo crea sus propios mecanismos de defensa y eventualmente dejamos de necesitarlo. El himen contra todo lo que hemos escuchado, no se rompe, se va estirando y se va haciendo más flexible con el tiempo, al realizar deporte y/o al tener relaciones sexuales penetrativas.
Tampoco es una membrana hermética, en la mayoría de los casos suele presentar una abertura por la cual descienden los flujos vaginales y el sangrado menstrual; y cada mujer individualmente puede presentar mayor o menor proporción de himen en su vagina según su genética o su estilo de vida. También existen casos (poco frecuentes) en los que el himen no presenta perforación alguna, pero es una condición particular que debe ser atendida si se identifica, para poder permitir la menstruación.
A continuación comparto algunos ejemplos de himen, pero hay muchísimos más:
2. E L E G I R
Decidir utilizar un método intravaginal (hayamos o no iniciado nuestra vida sexual) es una decisión personal. No hay forma real de determinar si va a ser más fácil para una mujer de 40 años con dos hijos por parto vaginal que para una adolescente de 13 años que aún no ha tenido ninguna experiencia sexual. A través de los años he visto procesos de uso de copa menstrual tan diversos, que lo único que garantiza el éxito es qué tanto nos observamos, tocamos y conocemos.
He conocido adolescentes que han empezado a utilizar copa menstrual a temprana edad por motivos de salud (mayormente fuertes alergias a las toallas desechables y tampones), también a madres usuarias de copa menstrual que han compartido con sus hijas esta alternativa y tras conocer de primera mano la experiencia, terminan eligiéndola también. Incluso han llegado a mí adolescentes que descubren la copa menstrual, investigan y terminan logrando que se les permita usarla e incluso también las madres, tías y otras parientes se terminan sumando.
En definita, iniciar la vida sexual con penetración, no es requisito para utilizar copa menstrual o tampones.
Si aún no tuviste relaciones sexuales con penetración y te interesa utilizar una copa menstrual, puedes ir haciendo algunos ejercicios previos a comprarla:
Recordemos que la copa menstrual se pliega para insertar, llega a tener un punto de ingreso similar al de un tampón o un dedo, así que un buen punto de partida es tomar un espejo e intentar introducir un dedo. De este modo podemos ir acostumbrándonos a tocar nuestra vagina (en caso no lo hayamos hecho antes), vamos probando la flexibilidad del himen, sintiendo si realmente genera alguna resistencia o malestar y una parte importante: vamos identificando la orientación de nuestra vagina.
A medida que vamos sintiéndonos cómodas y hemos logrado tocar nuestro cérvix (ingreso al útero), podemos probar de insertar la copa menstrual.
Recomiendo mucho ensayar pliegues y elegir el que nos sea más sencillo.
Si no tienes una idea clara, el pliegue recomendado sería el de tulipán o punchdown, porque es el que logra tener el punto de inserción más pequeño al plegar. Importante buscar un espacio tranquilo, sin interrupciones y encontrar una posición cómoda (podemos hacerlo en la ducha, recostadas en la cama, paradas o sentadas en el inodoro).
Diversas marcas han creado opciones diseñadas especialmente para adolescentes, copas menstruales de menor diámetro y largo, para adaptarse a la anatomía de una mujer en crecimiento. Esto no quiere decir que una copa pensada para adolescentes sea más sencilla de utilizar que una copa menstrual para una mujer adulta, la dificultad de inserción es la misma y pese a no haber iniciado una vida sexual penetrativa, es importante elegir una talla acorde a nuestra edad y estilo de vida, que es lo que finalmente funcionará adecuadamente.
En VERA tenemos Naturcup talla 0 como opción para mujeres menores de 18 años que aún no hayan iniciado su vida sexual.
Hace algunos años leí en un foro menstrual un comentario acerca de la virginidad y la copa menstrual que quedó grabado en mí. La persona manifestaba que si tuviera la opción de regresar en el tiempo hubiera elegido mil veces “perder la virginidad” en casa con todo el cuidado, amor y paciencia de esa primera experiencia con su copa menstrual que con prisas y cero información como fue su primer encuentro sexual.
Y es eso, de pequeños posiblemente no habíamos escuchado hablar mucho de placer femenino, de juego previo, de lubricación. Finalmente hablar de virginidad, himen y constructos sociales no tienen como finalidad desatar el libertinaje sexual, al normalizar estos procesos buscamos que cada mujer finalmente pueda tener una primera gran experiencia amorosa e informada, que pueda elegir sin ser juzgada y que también tome conciencia real y responsable de su cuerpo y su sexualidad.
Empezar, pausar, retomar o decidir no tener relaciones sexuales no nos hace más ni menos. Lo mismo con el artículo de gestión menstrual que elijas. Es una decisión completamente personal.
Si quieres conocer un poco más sobre iniciativas que buscan romper el mito de la virginidad, recomiendo la TED Talk de Nina Dølvik Brochmann y Ellen Støkken Dahl “El fraude de la virginidad”, pueden verlo en este enlace, dura 11 minutos y tiene subtítulos en español. Es muy conciso, directo y expone increíblemente la importancia de traer este tema a la luz.